jueves, 27 de diciembre de 2012

La dieta, clave para la prevención secundaria cardiovascular


Una buena alimentación no solo previene la enfermedad cardiovascular, también es fundamental en las personas que padecen una cardiopatía. Según un estudio, una dieta cardiosaludable se asocia con un menor riesgo de recurrencia de eventos cardiovasculares.
Los autores de un estudio dirigido por el Dr. Mahshid Dehghan del Instituto de Investigación de la Salud de la Universidad McMaster de Hamilton, en Ontario (Canadá), y publicado recientemente en Circulation, partieron de la base de que es sabido que la calidad de la dieta está fuertemente relacionada con la enfermedad cardiovascular, pero poco se conoce sobre su impacto sobre personas mayores con alto riesgo de enfermedad cardiovascular y que reciben fármacos eficaces para la prevención secundaria. Así, se plantearon evaluar la asociación entre la dieta y la calidad de los eventos cardiovasculares en una población de sujetos procedentes de 40 países con enfermedades cardiovasculares cardiovasculares o diabetes mellitus.

En total, fueron estudiados 31.546 mujeres y hombres entre 66,5 ± 6,2 años de edad y matriculados en dos ensayos aleatorizados. Durante los 56 meses de seguimiento hubo 5.190 eventos. Las personas que llevaban una dieta cardiosaludable registraron una reducción en el riesgo de muerte, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular del 35%, 14% y 19%, respectivamente, independientemente de si los pacientes estaban recibiendo fármacos probados.
Los autores concluyen que una dieta de mayor calidad se asoció con un menor riesgo de recurrencia de eventos cardiovasculares en personas ≥ 55 años de edad con enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus. También destacan la importancia de que los profesionales de la salud insistan en el valor que tiene la alimentación sana para reducir la recaída en estos pacientes y para salvar vidas a nivel mundial.

Alimentación sana, alimentación inteligente

Comer equilibradamente, es decir, comer todos los días frutas y verduras, asegurarnos de consumir todas las semanas legumbres y cereales, y decantarnos por los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el pescado y los aceites de oliva y de semillas, y por supuesto, evitar las grasas saturadas presentes sobre todo en la bollería industrial y en los platos precocinados, garantiza el correcto aporte de nutrientes que necesita el organismo y nos protege contra las enfermedades cardiovasculares.